Todo lo que empieza termina y,
después de celebrar el inicio del nuevo año en Melbourne, nuestra última etapa,
la ruta cerró su círculo.
Una aventura, que desde sus inicios intentamos compartir con todos vosotros, y que, como buenamente hemos podido, lo hemos ido haciendo con muchos altibajos y un cierto retraso; las dificultades propias de todo viajero han entorpecido esta tarea y han limitado e impedido, en muchos momentos, vuestra participación. De todas formas, la comunicación se ha mantenido y, os podemos asegurar, que nos hemos sentido acompañados en todo momento. Por este motivo os manifestamos nuestro agradecimiento y nos despedimos adjuntando más información del último tramo de esta ruta que damos por cerrada con nuestro regreso a Barcelona.
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"Feliz año nuevo", desde Melbourne. |
Una aventura, que desde sus inicios intentamos compartir con todos vosotros, y que, como buenamente hemos podido, lo hemos ido haciendo con muchos altibajos y un cierto retraso; las dificultades propias de todo viajero han entorpecido esta tarea y han limitado e impedido, en muchos momentos, vuestra participación. De todas formas, la comunicación se ha mantenido y, os podemos asegurar, que nos hemos sentido acompañados en todo momento. Por este motivo os manifestamos nuestro agradecimiento y nos despedimos adjuntando más información del último tramo de esta ruta que damos por cerrada con nuestro regreso a Barcelona.
Un último tramo que lo hemos
vivido en Melbourne, la segunda gran metrópolis de Australia. Salimos de
Cristchurch el 29 al atardecer y llegamos al nuevo destino ya entrada la noche,
cansados y con bastantes dificultades
para encontrar el apartamento; la dirección que llevábamos no coincidía con el
destino solicitado; un imprevisto que nos llevó su tiempo y una gran descarga
de adrenalina y energía por parte de todos y especialmente de Ramón, que tuvo
que patearse la zona para recabar
información y localizar el susodicho aposento.
Como podéis suponer, después de
tantos días de ruta, el cansancio era muy patente, pero no un obstáculo para
continuar la marcha con el mismo ritmo y
aprovechar los pocos días que restaban para pasear y recorrer esta grandiosa
ciudad. A las siete del día 30 ya estábamos el
disposición de marcha para iniciar nuestra primera salida.
Fue una suerte la buena ubicación de apartamento, muy próximo al rio Yarra y al City Square Centre. Un hecho que nos permitió orientarnos muy
bien, recorrer sus calles más emblemáticas y conocer mejor esta cosmopolita
ciudad. En pocos minutos estábamos en la
ACMI, Federation Square, Catedral de St Paul y el Visitor Center recabando información.
Y desde allí, paseando por Swanston
St y Bourke St recorrimos ese mismo día
toda la zona Centro de Melbourne y, pasando por Chinatown, llegamos a la State
Library of Victoria (Biblioteca).
Los dos días siguientes, último y
primero de año, continuamos con el programa previsto y pudimos contemplar desde
el piso 88 de “Eureka Skydeck”, una de las construcciones más altas del
hemisferio sur, la panorámica de la ciudad y todas las maravillosas vistas que
desde allí se contemplaban. Posterirmente, paseando junto al
Yerra River, pudimos recorrer algunos de los lugares más significativos
de la zona de Southbank y el Royal
Botanic Garden.
Con el tiempo muy variable, que
acompañó nuestra estancia en Melbourne,
nos fuimos acomodando con cierta facilidad a base de poner y quitar
capas; pero la temperatura fue en ascenso y con un sol veraniego que nada
envidiaba a de Andalucía del mes de agosto nos permitió acercarnos hasta a la playa de St Kilda donde, con sumo
cuidado y protección solar, nos remojamos en las aguas del Pacífico.
Días intensos en los que
festejamos la despedida de año y la entrada en el nuevo en la calle y bajo la
luminaria y sonido de fuegos de artificio que se lanzaban desde las azotas de
los altos edificios ubicados en la ribera del río. Un año nuevo novedoso y
alegre, aunque diferente y menos personal y familiar que otros años.
Y llegado del día tres de enero, después
de rehacer maletas y completar las
últimos paseos matinales, nos dirigimos al aeropuerto de Tullamarine para
iniciar el retorno al punto de partida tal y como estaba previsto en el vuelo
EK405 en un Boing de aerolinies Emirates. Un viaje de regreso largo y
pesado, con paradas en Singapur y Dubai, para salvar los 16.500 Km que nos
separaban de casa.
Epílogo
Recordando los versos de Machado,
es evidente que hemos ido “haciendo camino... “. A pesar de ser empedernidos
sedentarios, nos hemos sentido viajeros y, como tales, hemos experimentado y
aprendido al mismo tiempo, algunas las
sensaciones y limitaciones propias de
estar en camino: ilusión y emoción ante lo nuevo; inquietud y cansancio
por la constante movida; alegría,
desconcierto e inseguridad ante lo desconocido, desapego con lugares y objetos (a pesar
de sentirnos a gusto, había que partir de nuevo convencidos de que, como el
paisaje, todo es pasajero… y, aunque eran muchas las cosas que se podían adquirir y llevarnos de recuerdo,
la capacidad de las maletas era tan
limitada que nos aconsejaba el desapego y desprendimiento para no acumular y
poder continuar, como decía el poeta, “muy ligeros de equipaje”.
Y, finalmente, como se suele
decir, “finis coronat opus “, y la nuestra se ha coronado con la llegada de los
Reyes Magos. Aunque tal vez quede incompleta...
Termina un viaje, pero continúa otro más sereno y monótono en Barcelona. Un camino en el que, aparte de disfrutar de la tranquilidad de estar de nuevo en casa, de
la familia y amigos compartiendo con ellos el día a día, nos queda,
como una tarea muy especial, el reto de reorganizar los recuerdos y todo
el arsenal de material “nemotécnico” acumulado de forma rápida, ligera y
superficial durante estos días de viaje. Una tarea que será, a su vez,
un buen antídoto para la memoria y una forma de revivir de nuevo todo lo vivido
y fijar en la memoria lo retenenido con pinzas.Cerdanyola , 5 de
enero del 2015.
TeRRaFerMa
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