lunes, 8 de diciembre de 2014

De ruta por Queensland.


Vamos cubriendo etapas, sumando kilómetros, acumulando nuevas experiencias y, al mismo tiempo, una gran dosis de cansancio. Atrás dejamos Banckok, Sydney, Ayers Rock y Cairns.  Allí nos detuvimos tres días, que aprovechamos para subir hacia el norte y, pasando por, Port Douglas y  Mossman, llegar hasta el cape Tribulation y el Parque Nacional Daintree, que permanece casi aislado como un reducto perdido de la naturaleza  en estado puro.





Fue una bonita experiencia en la que además de dar un pequeño paseo por la selva tropical, recorrimos en barca el río Daintree. El objetivo era ver algún cocodrilo, pero a pesar de las buenas intenciones del barquero que de forma intrépida se introducía entre el ramaje y la maleza de las orillas apurando  todos los rincones del río, nos quedamos con el intento. Los cocodrilos reposaban en dulce sueño, tal vez en espera, como nosotros, de que alguna presa fácil se pusiese a su alcance.
Posteriormente recorrimos en coche el estado de Queensland con su gran barrera de coral. Las distancias eran inmensas y nos vimos obligados a pasar muchas horas por esas solitarias carreteras haciendo prácticas de conducir por la izquierda,  observando el paisaje y buscando, entre los árboles la imagen de algún coala o el suntuoso saltar de algún extraviado canguro. Pero, como en el caso anterior, nos quedamos con la ilusión y sólo pudimos apreciar las huellas de las víctimas canguriles que el asfalto se va cobrando.   
Poco a poco, fuimos surcando el camino, cubriendo  hitos (Townsville, Airlie Beach, Tannom, Herevery Bay) y descubriendo, entre los muchos kilómetros,  espacios remotos y playas solitarias donde nos detuvimos a estirar las piernas o a observar con más detalle lo genuino de cada lugar.
Entre las actividades realizadas en estos días de ruta he de destacar dos: nuestra salida en un crucero  hacia Whitsunday  por la gran barrera de Coral y nuestro paseo por la isla Fraser. En las dos hemos saboreado y  disfrutado de unos espacios agrestes y protegidos, como Parques Naturales, donde  el impacto humano está limitado, la naturaleza se mantiene viva: árboles, arbustos en perfecta sintonía;  agua, corales y arenales  que nos han dejado, como se suele decir, boquiabiertos e impactados.

Brisbane, 25 de noviembre del 2014.   

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