martes, 4 de noviembre de 2014

De Barcelona a Bangkok

 Llegó el 28 y nos pusimos en ruta. Acompañados por Elsa  llegamos al aeropuerto. Tarde y noche de vuelo, parada en Dubai  y, a las 12:30 del 29, por fin en Bangkog con 6 horas de adelanto respecto a nuestro punto de origen. El cansancio se reflejaba en los cuerpos, pero activados con la llegada lo olvidamos y, poco a poco, pudimos pasar el  engorro del papeleo, recuperar maletas y  el desplazarnos al hotel.
Tráfico intenso, lluvia torrencial y, cuando el temporal  amainaba , llegada al destino y la correspondiente ducha.  Eran cerca de  las 14:00  h. cuando  todo había concluido  y nos disponíamos  a  comer.
Repuestos de fuerzas, empezamos a callejear; nos dirigimos al parque  Lumphini,  nombre del lugar donde nació Buda, y una gran zona verde en el corazón de la ciudad ... Abundante vegetación, un extenso lago  y gran cantidad de  senderos que recobraban vida a medida que pasaba la tarde: mucha gente practicando deporte  y  cientos de tailandeses bailando en grupo al ritmo de la música e de varios instructores de fitness.   Mucho movimiento y un gran bullicio que de repente se paralizó cuando  sonó el himno del país.  
Una tarde tranquila  para nosotros  y un primer contacto con la ciudad en el pudimos observar   el apego, asumido o forzado,  del thailandés a su tradición y confirmar algunos de los tópicos  preestablecidos: una ciudad cosmopolita, bulliciosa y caótica.  Un denso  tráfico, calles invadidas  por  coches y motos, que  apenas dejaba resquicio  a las personas para las que, el simple hecho de cruzarlas,  se convierte en una verdadera  aventura.

Bangkok, 30/10/14
TEO

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